Tomar las decisiones correctas de inversión para desarrollar o adquirir nuevos activos de capital debe hacerse sobre la base de información completa evaluada a través de un proceso de factibilidad. Necesariamente, la información nunca es definitiva, por lo que, debido a esta incertidumbre, ninguna decisión de inversión está exenta de riesgo.
De lo que se trata es de que los procesos sistemáticos de evaluación utilizados y las normas de definición que deben alcanzarse garanticen que las evaluaciones sean completas y de calidad conocida.
Durante los años 90, e incluso más recientemente, los medios de comunicación han informado sobre una serie de grandes proyectos y adquisiciones que sólo podrían describirse como desastres técnicos y económicos. Estas inversiones tan publicitadas destruyeron el valor de los accionistas y dieron lugar a desafíos para los consejos de administración y la dirección de muchas empresas de recursos.
Los sistemas de inversión de capital que incorporan procesos y normas definidos han evolucionado para hacer frente a estos desafíos.
Este documento expone las experiencias de Neil Cusworth, Director General de Enthalpy, en relación con las mejores prácticas que se utilizan o desarrollan actualmente para tomar decisiones de inversión de capital.
Los costes y esfuerzos necesarios para definir cualquier desarrollo o adquisición de nuevos activos de capital utilizan los recursos disponibles de las inversiones de los accionistas. Si el desarrollo o la adquisición previstos se llevan a cabo,
los costes de investigación se añaden a los costes del nuevo desarrollo o adquisición. Por otra parte, si el desarrollo o la adquisición previstos no se llevan a cabo, los fondos de los accionistas se pierden o reducen su valor.
Sin embargo, para hacer crecer o mantener una empresa, hay que invertir. El reto consiste entonces en decidir qué parte de los fondos de los accionistas debe arriesgarse, antes de tomar la decisión de invertir, para tratar de definir la inversión. La alternativa es asumir mayores riesgos durante la realización del proyecto de desarrollo o la compra del negocio o activo existente.
En los últimos quince años se han visto demasiados ejemplos de decisiones de inversión que no han aportado los valores prometidos en los sectores de los recursos y la industria.